García de Zuñiga



Viviendo a las corridas en un mundo tan desconocido que ya no es nada nuevo. Esta es mi nueva calle, Willets Point Blvd., donde predomina el ruido del transito masivo, donde en lugar de haber árboles con copas verdes sólo hay pavimento y pompas. La calle que me vio crecer, García de Zuñiga, casi no tuvo cambios en 14 años. Siempre fue tranquila, el único ruido que se oía era el murmullo de las voces de los vecinos, los gritos de los botijas jugando al fútbol en la esquina y los ladridos de los perros de el frente. Esa calle estaba llenita de árboles, la única parte de la cuadra que no tenia uno, era la puerta de mi casa. Y siempre que había luna llena, los vecinos se juntaban en el medio de la calle para ver la luna de García de Zuñiga, que era todo un espectáculo. Recuerdo que la misma se veía amarilla y redonda casi igual a un queso Colonia. La luna se veía al final de la calle, bien en el tope de la subidita, y se iba escondiendo detrás de la calle, como quien ve el sol desaparecer en el agua durante el atardecer. Ahora al final de mi calle, solo se ven semáforos, y más semáforos, y un McDonald's... Me gustaría que un día, pudiera cerrar los ojos y que al final de la calle me pueda encontrar con mi luna imaginaria, la luna de García de Zuñiga.

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